domingo, 5 de julio de 2009

Operación bronceado

Con este calor por las tardes sólo puedes hacer dos cosas: chincharte y sufrir o bajarte a la piscina y sufrir bastante menos. Debe haber como un microclima ahí abajo, porque es llegar a la hierbita y la temperatura parece que desciende un poco. Asi que procedo a llenar mi bolsa hippie con la crema protectora, un libro, una botella de agua y el peine, me planto el bañador, el vestidillo playero y las gafas de sol, agarro la toalla king size (me molesta mucho dejar los piés fuera de ella, manías que tengo) y hala, a despanzurrarme al solete.

Pero como cuando llego tengo un calor más que regular, lo primero es el baño. Y hacer algo por el cuerpo serrano, asi que procedo a hacerme unos largos nadando como una posesa hasta que me canso lo suficiente y estoy a punto de echar los bofes por los belfos, que diría mi querida Mariví. Y a la toalla. Esos primeros minutos son impagables. Estás empapada, fresquita, con la respiración alterada y tumbada boca abajo mientras el sol te va secando. Es genial. Una gozada de verdad.

Entonces comienza la fase del moreneo propiamente dicho, con el que tengo que llevar especial cuidado porque tiendo a abrasarme con bastante facilidad. Los años me han ido dando experiencia y ahora ya no me quemo, pero me ando con mucho ojo, me repongo la crema, me mojo de cuando en cuando y cuando ya me pica, me traslado a la sombra. En estos últimos cuatro días he ido adquiriendo un colorcillo realmente saludable. Ya no parezco Vlad Tepes. Y aunque no soy partidaria de decir nada demasiado halagador sobre mí misma, reconozco que el tono me favorece y me hace mejor cara.

Voy a seguir insistiendo, así cuando llegue a la playa estaré con un bronceado estupendo. Para que me dure muuuuucho....

1 comentario:

  1. A ver, princesita... Aparte de chicharse o ir a la piscina se puede hacer muchas más cosas. Por ejemplo: la Girona-Olot, 56 km con una pendiente suave suave. ¿Que no llegas sufientemente cansada? Pues deshaces el camino: después de todo es bajada. Con un poco de suerte amenazará tormenta y no dejarás de pedalear hasta Girona. Claro, que visto como tengo las piernas hoy, creo que tuviste mucho más criterio tú bajando a la pisci que yo haciendo caso a esa panda de jíbaros y a sus ideas de bombero...

    Por cierto, ahora que se me ha acabado el protector solar... ¿Alguna recomendación de las tuyas? ¿Vichy?

    ResponderEliminar