martes, 31 de marzo de 2009

Saliendo


Después de mes y medio completamente abducida por el trabajo, estoy redescubriendo que existe un mundo ahí fuera que hasta resulta atrayente y todo. Y eso que el clima no acompaña, que desde el sábado pasado parece que hemos vuelto a diciembre: hace un frío que pela, se nubla, llueve y, en general, resulta poco propicio para aventuras callejeras. Pero hoy he decidido que mañana me voy a liar la manta a la cabeza y me voy a ir hasta el mercadillo. Me coge lejos, pero así me paseo. Uh, vamos, Indiana Jones a mi lado es un completo gallina. Lo del mercadillo es toda una experiencia, sí. Hace mucho que no voy, pero supongo que no habrá cambiado demasiado y yo me lo paso pipa contemplando el paisaje y el paisanaje. No hay nada que me entretenga más que contemplar a la gente. Además te suben la autoestima que es un gusto. Guapa, reina, hermosa.... Estos gitanillos sí que saben dorarte la píldora para venderte lo que sea.


Creo que el hecho de dejar de mirar una mesa llena de papeles y levantar la vista al cielo te desincrusta las cervicales lo suficiente para admirar lo que parece insustancial. O será que con cualquier cosa consigo animarme. Instinto de supervivencia, le llaman a eso. Agarrarme a los colores, a los sonidos, a una mañana transparente, a la perspectiva de tirarme toda la semana próxima levantándome tarde y quizá haciendo alguna excursioncita para pasar el día.


Realmente lo que me apetece de verdad es una buena playa de arena, con un sol espléndido, un poquito de brisa y sentir bajo la toalla el calor del buen tiempo. Y silencio, al menos durante un día entero. Qué gozada. Eso sí que debe ser algo parecido al Nirvana.....

viernes, 20 de marzo de 2009

Día de fiesta, vermús y risas

En teoría sólo iba a venir mi primo David a arreglar una cosa del ordenador de mi hijo, pero al final la cosa se fué liando, se fué liando y acabaron viniendo mis tíos, mi hermana, mi cuñado y mis dos achuchables sobris. Total, era fiesta, San José, Día del Padre y cualquier momento es bueno para celebrar lo que sea y para hacer una comida juntos. Mariví se trajo los útiles para nuestra amada y siempre bien ponderada pucha (vermú blanco, mucho hielo y un chorrito de jarabe de fresa) y mi hermanísima los postres (arroz con leche y natillas). Como plato fuerte, mi cocido, del que mi gente suele decir que está de pecado mortal y que ellos se condenan de muy buen grado, faltaría más.

Tenemos la extraña e incómoda costumbre de tomarnos el vermú en la cocina, sea cual sea el tamaño que tenga. La mía no es especialmente grande. Cuando estoy yo sola me parece que hasta sobre sitio, pero siete adultos bebiendo como cosacos y picando aceitunas y otras delicias aperitiveras en un espacio de ese tamaño resulta un tanto "apretadillo". A la segunda pucha (y a la tercera cerveza de la sección masculina), los hombres de la casa decidieron seguir la ronda en el bar de abajo y nosotras proseguimos a lo nuestro. Resultado: la botella de vermú murió en acto de servicio. Loemos sus logros y su sacrificio.

Dimos de comer a la chiquillería y a eso de las cuatro nos sentamos a la mesa los adultos, que ya andábamos todos de lo más contentos. Lúcidos y con hambre, pero contentos. Y el enorme cocido también cayó como un héroe a pesar de la gran resistencia que opuso. Por la cantidad, más que nada. Vaya panda. Parece que no hemos comido nunca. Y a pesar de ello los postres siguieron su misma estela. Qué sensación de vacío en las fuentes...

Después del café, de nuevo los hombres emigraron... pero para buscar por la casa y los sofás sitios adecuados para planchar la oreja, que los garbanzos dan mucho sueño, aseguran. Los peques se encerraron a jugar a la Play y las Moreno decidimos actualizar nuestro catálogo de canciones y enzarzarnos en la sesuda tesis de si respecto al meneo de caderas es mejor el de Baute o el de Chayanne. A veces somos de un monotemático que asusta. Mariví opina que es mejor que ninguno de los dos abra la boquita, porque el morbo y la imagen se van al garete en minuto y medio. Mi hermanísima considera que ese modo de decir "dame de eso" de Baute es como para que te suban sofocos a montones. Hombre, si valoramos la letra de la canción tiene su aquel.... pero claro, luego vemos el "Torero" de Chayanne y se me va a la porra la escala de valores. Eso es lucir vaqueros y moto y lo demás minucias. Y en general, que para qué porras queremos que abran la boca. Pardiez.

Pasamos un par de horas muy divertidas viendo vídeos y oyendo musiquitas mientras los demás roncaban a pata suelta tirados de cualquier manera. Hasta mi Mariete se quedó fritito en el suelo agarrado a un coche de plástico y con el chupete puesto. También tuvimos una sesión de visionado de fotos de años anteriores y traspaso de pendrive a pendrive, que estas cosas si se comparten dan menos vergüenza ajena.

Cuando me senté en mi sofá favorito después de toda la jornada, ya con la tranquilidad y el silencio instalados en casa, no pude evitar sonreir para mí misma. Con que poca cosa nos lo pasamos bien. Y que nos dure....

martes, 17 de marzo de 2009

Tal día como hoy....


....hace dos años, estábamos todas las Moreno en Valencia, en Fallas, con un sol radiante y caluroso. Teníamos el hotel en Paterna y madrugamos para bajar a la ciudad y disfrutar lo máximo posible del día. Además allí nos esperaban mi tío el aventurero y su mujer y mis titos Mariví y Manolo, que estaban de mediopensionistas en su casa. Desayunamos en la terraza de una pastelería, dejando que se nos tostaran las naricillas. Buscamos el Metro y no lo encontramos porque un capullo de jardinero nos mandó allí donde Cristo dió las tres voces y casi aparecemos en Tegucigalpa. Una vez todos juntos, aquello parecía una excursión organizada pero sin guía y mucho más escandalosa.

Caminamos una barbaridad, hicimos montones de fotos, nos quedamos boquiabiertos con el tamaño de las fallas, comimos a las cinco de la tarde y casi por desesperación en un baretito de tapas y raciones, escuchamos miles de petardos y una mascletá salvaje, nos pusimos la botas de buñuelos de calabaza y churros, nos reímos como locos....
Recuerdo la sensación de estarlo pasando de fábula, el cansancio y el dolor de pies que se mezclaban con las ganas de seguir caminando. Veo las fotos y me digo: jo, si casi no hemos cambiado en dos años. Bueno, los niños sí, que todos han crecido muchísimo. Y mi Mariete ni siquiera andaba, aunque en la foto no se le ve, al pobre, que estaba aparcado con el carrito junto a mi tío, que nos inmortalizaba. Me doy envidia a mí misma. Necesito unas vacaciones...

domingo, 15 de marzo de 2009

Disfrutando los ratos

Ya que el fín de semana pasado fué tan anodino supongo que he querido compensar. O simplemente que las cosas salen así. Todos los que me conocen saben que es subir la temperatura y ponerme con la sonrisa perpetua en la cara. Esta primavera anticipada me agota (dichosa astenia primaveral,demonios), pero al tiempo hace que me sienta irracionalmente feliz cuando el sol que chamusca la nariz, el cuello, el escote, los brazos...Y acostumbro a agarrarme como una lapa a estos momentos, que el invierno ha sido muy largo y muy frío y muy desesperante.

El viernes quedé con mis amigos Inma y Carlos. Somos unos impresentables. Vivimos en portales contiguos y no nos vemos jamás. Qué rollo de horarios y de trabajos. Asi que nos liamos la manta a la cabeza y quedamos en la "sede social" (bar de debajo de casa, muy útil por si hay que subir de nuevo en penosas condiciones tras las veinte rondas cerveceras) a las nueve, después de mi academia. Carlos, andaluz enorme, buenísima gente y con una gracia espectacular para contar cosas, estuvo teorizando acerca de los tatuajes y sus funestos resultados con el correr de los años. Por aquello de que la piel y las chichas se descuelgan. Qué hartón a reir. Vamos, que te tatúas una lagartija y acaba convertida en Godzilla. El dueño de la tienda de enfrente, que terminaba la jornada tomando algo con su mujer en la mesa de al lado, nos miraba con media sonrisa cómplice. Anda que no os lo pasáis bien los cuatro, vaya pandilla. Subimos a casa cerca de la una y nos despedimos con largos abrazos, de esos que sólo ellos saben dar. Por suerte, esta vez no había vecinos a la vista, porque Carlos y yo nos estamos creando una famita...

Y ayer por la tarde, para redondear, nos fuimos a un mercado barroco que habían instalado en Getafe, La cosa pintaba bien, decía el folleto que había cuentacuentos y títeres y venta de productos....Nos cogimos el metro (gran invento lo de Metrosur) y en diez minutos estábamos en Getafe. Puf. Qué horror. En vez de mercado barroco era la manifestación del uno de mayo, con lo que me agobian las apreturas y las multitudes. Eso si, el olor era espectacular. Esencias, incienso, especias de todo tipo, la mezcla era cuando menos subyugante. Y unos embutidos con una pinta de pecado mortal, pero que debía venderlos Jose María el Tempranillo, porque vaya precios. Me encontré con una amiga de mamá y para hablar cinco minutos con ella nos tuvimos que pegar a una pared para no vernos arrastrados por la marea humana. Además no vi mucha diferencia entre un mercado barroco y los medievales habituales, pero en fín. Acabamos huyendo por una calle adyacente. Cobardemente, pero huímos.

Hoy creo que voy a vaguear bastante. Tengo cuatro mails de actualización de datos de uno de mis jefes y no me va a quedar más remedio que ponerme y hacerlo, pero el resto del día pinta perezoso. Los domingos tienen cierto tinte melancólico, sobre todo a partir de las cinco de la tarde, pero a lo mejor hasta me duermo una siestita y recupero algo del sueño que la semana me debe. Me falta costumbre, pero intentaré conseguirlo.

viernes, 13 de marzo de 2009

Musicoterapia

Mi niña bonita descubrió ayer que su adorado Carlos Baute tiene una vida anterior a la pesadez esa de canción que canta con Marta Sánchez, que de tanto oírla me va a salir callo. Andaba yo buscando el video de "Torero" del ínclito y macizoso Chayanne en youtube, por aquello de que hacía buen día y tenía el ánimo alborotado y casi primaveral, y encontré el de la canción "Angelito". Canción que está recopilada en la primera versión del "Chiringuito Mix", disco de verano famoso en el mundo entero y en el que las Moreno colaboramos todas con peticiones del oyente.

Pasmada se quedó mi gordi ante el despliegue de meneos caderiles del Baute de sus amores. ¡Qué guapoooooo!, decía con voz melosa. ¡Es más guapo que Chayanne!, proseguía, deslizándose sin saberlo por el filo de la navaja. No me voy a liar a tirarme de los pelos con mi hija por dos motivos. O por tres. Es mi niña, es pequeña y no tiene criterio formado. Hala. Que eso queda genial. A ver cómo le explicas a una peque de diez años mi clasificación de hombretones del mundo mundial. No procede, evidentemente. Y menos entrar en detalles.

Después de acostarme anoche a las mil, como todas las noches, esta mañana me he levantado sorprendentemente bien, cosa muy rara en mí y me he ido a trabajar con mi mp4 cargadito de canciones nuevas a cual más chunda chunda. Que la primavera me pone de muy buen humor, aunque me tenga luego cansada como un perrillo. He ido metida en mi burbuja con el "Take on me" de los Aha, o al "Big in Japan" de los Alphaville o el himno a mirar las cosas con alegría: "Always look of the bright side of life" de los Monthy Phyton. Creo que hasta repiro mejor....

lunes, 9 de marzo de 2009

Y el ganador es.....

Mi estado de ánimo, sin duda. Desde que anoche me hice propósito de enmienda y decidí hacerle caso a un buen amigo, que tiene más paciencia conmigo que el santo Job, he estado decididamente contenta. Quizá es cierto, que a veces necesito que me empujen para tomar decisiones. Lo que me cuesta, madre mía. Me bloqueo con una facilidad pasmosa. Esta mañana me he levantado de tan mala manera como habitualmente, pero tenía trabajo, me he espabilado rápido y he recargado mi fastuoso mp4 para que me acompañase al Metro. Nada en días como hoy como llenarse el cerebro de música.
http://www.youtube.com/watch?v=5CPUWI-1zQY

La prueba de fuego la tenía esta tarde y aunque temía que fueran a darme más cornadas que un vitorino loco, he salido a los medios con valentía (o al menos sin hacer demasiado el ridículo) me he defendido con capotazos bien templados y creo haber conseguido, al menos, una tregua. La descarga de adrenalina ha sido espectacular y he tardado en controlar el temblor de manos, pero me siento mejor. A ratos, pero mejor. A ver cuánto dura...

domingo, 8 de marzo de 2009

Pereza.....

Hoy ha salido un día de esos que Madrid nos regala a veces cuando aún no es primavera, con el sol en todo lo alto, sin una nube y un azul en el cielo tan turquesa que daba gloria mirarlo. Incluso hacía un ligero calorcito a mediodía, unos grados subiendo y asomando la naricilla después del invierno. Y confieso para sorpresa propia y ajena que no me he movido de casa. Ni hoy ni ayer, a pesar de que las jornadas invitaban al paseo. Me ha podido la pereza.

Reconozco que en estos casos, lo mejor que se puede hacer es sacudírsela de encima y echar a correr para huir de ella. Salir, mirar la calle, saludar a los vecinos que han salido también, tomar una cañita en el bar de abajo y comer a las tantas antes de dejarse caer en el sofá y dormitar un rato. Pero, insisto, me ha podido la pereza. Y me he dedicado a hacer, casi, lo que hago a diario si exceptuamos la salida a mi trabajo de la mañana, las clases de la tarde o llevar y traer a mi niña del cole. Me siento como si hubiese perdido algo por el camino...

No debería dejar que me invadiese la desgana de esta manera. Me pongo absolutamente insoportable, todo me da igual y casi me cabrea que me pregunten si vamos a ir a algún sitio. Quizá debiera hacerlo por mi niña, que se ha quedado en casa todo el finde y ni siquiera ha protestado. O por mi costilla, al que le encanta salir a dar una vuelta. O por mí, para dejar de darle vueltas a la cabeza. Al final voy a tener que hacer caso a mis propios consejos y cansarme un poco. Menos mal que los chicos de la Davis y el campeonato de Europa en pista cubierta han colaborado a que no todo sea un completo desastre...