sábado, 21 de noviembre de 2009

Otro sábado de esperas

Como nos temíamos, ha vuelto a ocurrir. Mi suegro ha tenido que volver al hospital esta mañana con problemas respiratorios y cardiacos. Cada vez pinta peor que la anterior, pero su enorme fortaleza hace milagros cuando los médicos creen que no saldrá de la crisis. Sinceramente, no se que es peor. Bueno, sí que lo se. Es mejor irse sin sufrir, aunque suponga un palo tremendo por lo inesperado para los que se quedan, que ver a quien quieres deshacerse día tras día sabiendo que el desenlace puede alargarse días o semanas.

Asi que aquí estoy, de nuevo sola en casa, tratando de distraerme con la tele o con internet y esperando una llamada que me de alguna pista. Utilizo mi proverbial capacidad de abstracción para crearme, mientras tanto, un universo paralelo. Acabo de ver uno de mis anuncios favoritos. Me encanta la música, la puesta en escena, el vestuario y especialmente los gestos y la chulería elegante del chico protagonista, que, aunque es excesivamente bollycao para mi body (qué mono estaba anoche mi Hugh vestido de Van Helsing a pesar de la infame melenita) reconozco que tiene clase y cierto puntito canalla. Con unos cuantos años más, unos cuantos músculos más y algo de mundo podría ser la leche.

1 comentario:

  1. Espero que se mejore. La verdad es que lo debe estar pasando fatal... Respecto al monigote del anuncio, te diré que me has dejado hecho unos zorros... ¿Pero tú has visto cómo se mueve? Si parece que lleve algo en los calzoncillos...

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