viernes, 24 de abril de 2009

Voy a ser buena

Hay frases que de pronto te tocan esa fibra sensible que dicen que tenemos escondida. Y te planteas si de verdad las cosas son como te las dicen. O si es que no te habías dado cuenta hasta ahora. Reconozco mis enormes fallos y mis esperpentos, soy consciente de ellos y también soy consciente de mi especial habilidad para hacer y decir cosas completamente disparatadas. Lo reconozco y lo asumo, al mismo tiempo que también trato de contenerme en muchas ocasiones. Me lo repito a mí misma con soniquete y retintín, a ver si lo memorizo: déjate de tonterías, compórtate, eso que dijiste es una memez, no sueltes esas bobadas, aprende de tus amigos, aprende, aprende, aprende... Y nada, oye. Que vuelvo a caer una y otra vez.

Lo peor del asunto es que cuando no estoy haciendo el oso y trato de ser normal, moderada, hablando lo justo y sin sacar los piés del tiesto siempre hay quien me dice que qué me pasa, que qué seria estás, que eso no es normal, con lo que tú eres... A veces me dan ganas de preguntar cómo soy exactamente. O cómo me ven, que ya me puede la curiosidad.

Toda esta comida de tarro viene a cuenta de lo que decía al principio: la frase que me ha hecho pensar y replantearme de nuevo lo que hago y lo que digo. El domingo es la Maratón de Madrid y ayer alguien me dijo: "¿y este año que espectáculo te vas a sacar de la manga?... porque espero que no aparezcas de nuevo con los pompones, que se te ve de lejos...". Pues eso. Que voy a ser buena. Tonterías las justas. A ver si acierto de una vez.

1 comentario:

  1. ¿Tonterías las justas? La tontería sería que dejaras de ser quien eres. ¿Te has preguntado por qué tienes tantos amigos? Seguro que no es por como no eres. Por cierto, dile a la neurona número siete que deje de moverse tanto, que hace que las demás resuenen y el resultado son estas paranoias. Al de la frase afortunada de los pompones le diría que este año se quedará sin verlos, y posiblemente sin una de las cosas que más valieron la pena de aquella maratón. Seguro que si lo supiera ya estaría arrepentido de haberlo dicho. Un besote, guapa, no cambies nunca.

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