sábado, 16 de mayo de 2009

Encriptadas

Eso es lo que dijo Antonio, mi jefe, el otro día. Que las mujeres estábamos todas encriptadas. Se nota que es informático, el muchacho. Era viernes, los chicos andan de exámenes y faltaba bastante gente, sobre todo a segunda y tercera hora, asi que Iván y yo andábamos de tertulia. El es de la opinión de que para entender a las mujeres hace falta un libro de instrucciones y que todavía no sabe dónde se compra, que somos raras, especialitas y que los hombres siempre acaban haciendo lo que nosotras queremos. Argumentando le gano, porque él es de ciencias y yo de letras y le insistía en que ellos siempre piensan el línea recta, que son excesivamente monotemáticos y que es imposible que nos entiendan porque jamás se ponen en nuestro lugar. Es verdad que nosotras a veces pretendemos que nos comprendan rapidito cuando estamos tristes o enfadadas, porque lo que de verdad nosotras necesitamos es empatía y no dar explicaciones. Y en eso los chicos andan un poquito cortos.

En medio de tan apasionante conversación apareció Antonio y dijo su frase magistral. No la comparto, pero le reconozco el mérito, aunque lo dijo con carita de pena y cabeceando con resignación. Iván insistía en que nosotras debemos dar más pistas, que les tenemos perdiditos, que si queremos consuelo que lo digamos. Y ahí si que no estoy de acuerdo en absoluto, porque si estás triste, si te hace falta una palabra de ánimo o que simplemente te abracen con afecto no tienes por qué ir con pancartas ni a base de megáfono. Quien está a tu lado o quien se considera tu amigo debería conocerte lo suficiente para saber qué hacer. Claro que me estoy dando cuenta en los últimos tiempos que eso no es así de ninguna manera. O más bien que depende mucho de quien seas.

En todas las cosas de la vida, como en el futbol que tanto le gusta a la población masculina, hay divisiones. Primera, segunda, tercera y hasta cuarta. Una vez que has entrado en una es muy difícil cambiarte. Y de ascender ya ni hablamos, que eso, como decía un compañero de facultad, no sólo es imposible sino "de una assurdez assurdísima". Descender sí que se puede y generalmente rodando y rebotando por las escaleras, plaf, plaf, plaf. Tengo una amiga que es de primera división especial y que da igual que se ponga un gato muerto encima de la cabeza. Ahora los chicos de la pandilla están casados, son hombretones responsables y esas cosas, pero a veces se les sigue escapando la babita cuando ella hace algo. Ya no es el torrente de babas del día de la camisa roja, claro, pero es casi lo mismo.

En mi caso, y a mucha honra, pertenezco a la segunda división con problemas de permanencia y en peligro de descenso. Con lo que a mí me gustaría tener eso que llaman sexapil o algo así y ser de esas mujeres a las que los chicos y hombres circundantes corren a ayudar y consolar si se rompen ligeramente una uña. Pertenezco, como tantas otras, a la saga del ah, sí, ya se que estás ahí, qué simpática eres, lo que me río contigo. Y ya se sabe, que cuando un ejemplar del sexo masculino dice de tí que eres simpática.... "¡¡es que es un callo malayo!!". Miguelito dixit.

2 comentarios:

  1. A ver por partes, como diría Jack:

    Primero, Antonio tiene razón, encriptadas y con una clave de 1024 por lo menos. Segundo, Iván tiene razón, tenéis que dar más pistas, a ser posible antes de enfadaros. Después ya no valen para nada. Tercero, intentar ganar en una discusión con una mujer es de ingenuos. Yo hace tiempo que desistí y suelo acabar con una frase del tipo "vale, no sé como hemos llegado a este punto y no sé porqué estamos discutiendo sobre esto, pero el hecho continúa siendo el mismo por mucho que lo adornes".

    Por cierto, no entiendo lo de que no compartes que las mujeres están encriptadas. ¿Qué es lo que no compartes exactamente? Al final resultará que sois fáciles de entender... La otra opción es que los hombres tengamos sólo seis neuronas que resuenan a la que llega el verano y cambiais de vestuario. No, definitivamente estáis encriptadas :-D

    ResponderEliminar
  2. ¿No eran siete las neuronas? ¿Cuándo ha disminuido su población? Y no, no digo que seamos fáciles de entender, pero vosotros tampoco. Supongo que la intersección de esa falta de entendimiento entre ambos es la que le da vidilla al asunto. Vale, acepto que nosotras no damos muchas pistas, que pretendemos ser comprendidas por ósmosis cuando eso es casi imposible. Pero también es verdad que de ahí a tener que darlo todo masticadito va un abismo. Un término medio estaría bien. Una parte de misterio y otra de libro de instrucciones detallado.

    Como dicen los gabachos: ¡Vive la difference!

    ResponderEliminar